Santa Cruz de Tenerife, 9 dic (EFE).- El ex guitarrista de "Queen" Brian May ha expresado sus más "míseras" disculpas a la sabina de El Hierro, el emblemático arbusto de tronco retorcido por el viento, y lamenta el maltrato que le infligen los turistas tras haberla hecho célebre en la portada de su disco "Another world".
Así lo ha manifestado el músico británico en su "blog" personal, en el que ha escrito un comentario manifestado su esperanza de que no haya empeorado la vida de la sabina tras hacerla "una celebridad", pues para él "este bello árbol es muy especial y simboliza una forma de pensar".
La reflexión de Brian May está relacionada con una fotografía -que también se publica en su "blog"- en la que aparece un hombre subido al legendario árbol herreño mientras otro lo fotografía.
Confiesa el músico que sintió una enorme tristeza al ver esta imagen "de la profanación" de la sabina por los turistas y afirma que se pondrá en contacto con las autoridades de El Hierro por si él pudiera hacer algo para proteger a este árbol "fabuloso" que ha triunfado sobre los elementos, pero que podría morir por la ignorancia y el descuido de la gente.
El músico comenta que al ver la foto tuvo la sensación incómoda de que los turistas no eran españoles, sino de algún lugar "más cercano a mis propias islas", y señala que la imagen simboliza "una enfermedad central que domina a la raza humana: la falta de respeto".
Comenta Brian May que viajó a ver la sabina cuando estaba buscando una imagen para la portada de su álbum en solitario, "Another world".
"Este árbol para mí simboliza una forma de pensar. Forma parte del pequeño grupo de sabinas -una rara especie de arbustos coníferos que sólo se encuentran en las Canarias- que se erige en campo abierto, constantemente expuestos a los intensos vientos que llegan del mar", señala.
Para sobrevivir, continúa explicando Brian May, estos árboles se curvan y se esculpen a sí mismos en formas extrañas y retorcidas, de manera que pueden dejarse llevar por la corriente en vez de oponerse directamente a las fuerzas de la Naturaleza.
Para Brian May, las sabinas son "como bonsais naturales" y recuerda que cuando estaba grabando el disco "Another world" atravesaba una gran crisis personal y también buscaba algo parecido: encontrar fortaleza y flexibilidad en vez de permanecer rígido frente a las sobrecogedoras fuerzas del cambio.
Añade que había mirado una foto "de este maravilloso árbol" en una revista y, sin saber apenas nada sobre él, emprendió una especie de peregrinación para conocerlo.
El músico habla a continuación de El Hierro en lo que fue "un viaje totalmente mágico", pues esta pequeña isla apenas era visitada por los turistas en aquellos días y sólo había gente local, que entendían "qué precioso" era el estatus de su tierra, una obra de la Naturaleza casi sin estropear.
"La primera vez que puse los ojos sobre la sabina fue electrificante", rememora Brian May, pues era mucho más de lo que había imaginado: una dama elegante y con un trágico y largo sufrimiento, con la cabeza agachada, los cabellos y ropas desgarrados por el viento, en un acto de sumisión a los elementos.
Pero lo mágico en esa sumisión es el desafío que lleva a la sabina a su victoria final, prosigue el músico británico, quien señala el profundo respeto que sintió ante el árbol, al que nunca tocó "ni una rama".
Sí recuerda que sintió el pesar de que, al expandir el conocimiento sobre la sabina, podría hacerla más vulnerable al maltrato, por lo que una parte de él quería irse y mantener el secreto sobre el árbol.
Incluso oró para que cualquiera que siguiera sus pasos mostrase el mismo respeto y reverencia a este ser único, precisa. EFE
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