Cuando el vocalista de Queen, Freddie Mercury, fue
diagnosticado con SIDA en 1980, su amigo Elton John se mantuvo a su lado todo
el tiempo. En su libro de memorias, titulado “Love Is The Cure”, John
escribió sobre la perdida de Freddie en un fragmento que hiere tanto como
reconforta al corazón.
Esta
emotiva historia de amistad entre los dos cantantes posiblemente te dejará con
los ojos empapados de lágrimas.
“Freddie
no anunció de forma pública que padecía de SIDA hasta un día antes de su
muerte, en 1991. Aunque era muy extravagante arriba del escenario —un hombre
explosivo a la par de Bowie y Jagger—era muy tímido fuera de este. Pero Freddie
me contó que tenía SIDA luego de ser diagnosticado en 1987. Quedé devastado. Ya
había sido testigo de lo que esta enfermedad había causado a muchos de mis
otros amigos. Sabía exactamente lo que le esperaba a Freddie. Como él también
sabía. Él sabía que la muerte, una agonizante muerte, estaba por venir. Pero
Freddie fue increíblemente valiente. Guardó las apariencias, siguió tocando con
Queen y permaneció siendo la misma persona divertida, escandalosa y
profundamente generosa que siempre fue.
A medida
que Freddie empezó a deteriorarse al final de los años 80 e inicios de los 90,
era algo casi imposible de soportar. Me partió el corazón ver su luz
absolutamente devastada por el SIDA. En el final, su cuerpo estaba cubierto de
sarcoma de Kaposi. Estaba casi ciego y tan famélico que ni siquiera podía estar
de pie.
Con todo el derecho, Freddie debería haber pasado
sus últimos días interesado en nada más que su propio confort. Pero ese no era
él. Generoso como ninguno, Freddie realmente vivía para los otros. Freddie
murió el día 24 de noviembre de 1991, y semanas después del funeral, yo aún
estaba de luto. El día de la Navidad, me enteré de que Freddie me había dejado
un testamento final de su altruismo. Yo estaba deprimido cuando un amigo llegó
de forma inesperada a mi puerta y me entregó algo envuelto en una funda de
almohada. La desenrollé y dentro había una pintura de uno de mis artistas
favoritos, del pintor británico Henry Scott Tuke. Y también había una nota de
Freddie. Años antes, Freddie y yo habíamos decidido crear apodos el uno para el
otro, nuestros álter egos de drag-queen. Yo era Sharon, y él era
Melina. La nota de Freddie decía: “Querida Sharon, pensé que te gustaría
esto. Con amor, Melina. ¡Feliz Navidad!”.
En
aquella época tenía 44 años, pero lloré como un niño. Allí estaba aquel hombre
hermoso, muriendo de SIDA e, en sus últimos días, todavía tuvo una manera de
encontrar un lindo presente de Navidad para un amigo. Cuan triste sería aquel
momento, que muchas veces es lo que pienso cuando me acuerdo de Freddie, porque
capturó el carácter de aquel hombre. En la muerte, él me recordó lo que lo hizo
tan especial en vida.
Freddie
me tocó de una forma que ninguna otra persona jamás consiguió, y su valiente
lucha particular contra el SIDA es algo que me inspira hasta hoy. Pero su
enfermedad, y me da vergüenza admitirlo, no fue suficiente para estimularme a
hacer una mayor acción. Ya protesté contra los líderes político y religiosos
que son indiferentes o socavan deliberadamente la lucha contra el SIDA. Ellos
se merecen cada pedazo de crítica que estoy dejando en mi camino. Ellos podrían
haber hecho mucho más.
Yo podría
haber hecho mucho más, también.”
A la
fecha, CENSIDA estima que hay unos 111,556 mexicanos viviendo con VIH y SIDA,
en 2012 se diagnosticaron 11 mil nuevos casos de personas afectadas, y ese
mismo año el INEGI reportó un total de 4974 defunciones a causa de la
enfermedad.
Pese a que los números alarman, aún existen algunos
grupos retrogradas que insisten en condenar (y al mismo tiempo cuestionar la
eficacia) del uso de preservativo. Incluso existen algunos conspiranoicos que
afirman que el preservativo es el principal difusor del virus y que la
enfermedad es una farsa para favorecer a los dueños de la Big Pharma representados
por el urden de los illuminati.
Fuente: dreamwidth.org
genial el aporte, Viva Freddie.!!! The Show Must Go On, in the sky!!
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